El centro de la Pascua es la presencia del Resucitado en medio de sus discípulos. Pero esta realidad solo se vuelve manifiesta gracias a la acción del Espíritu Santo que en todo momento vuelve luminosa a los ojos de los seguidores de Jesús su presencia en medio de ella. Para ayudar a esta vivencia ofrecemos un artículo sobre el Espíritu Santo en los Evangelios. Pincha aquí.
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